martes, 4 de diciembre de 2007

Nada pasa

Me canso, me marchito y me escondo,
Pasa que me aburro de ser yo,
Esquivo este mundo donde todo sucede,
Pero nada pasa,
Ni la vida ni los minutos,
El reloj permanece colgado sin moverse, callado e impenetrable,
Las horas tomaban mi muerte,
Y se sentía pasar tu ángel por mi espalda,
Y todo era silencio, nada se movía,
No comía ni pensaba todavía,
Ni en las manos de agua o los llantos de vinagre,
Gritos de amor se escuchaban a lo lejos, pero eran eso, solo gritos,
Ningún indicio de tu niebla, de tu nube o de tu sangre,
Y todo sigue igual, nada pasa.

Pasa que me siento en la arena, a ver el mar callado e inmóvil,
No siento ni el viento helado ni el calor de tu voz,
Todo está quieto en mi mente y en el espacio,
Todo sigue con un olor frío a muerte y a quietud,
A paz solemne de sangre derramada luego,
Después de la guerra de tus manos y las mías,
Pero nada se mueve, ni tus ojos ni mi pelo,
Y nada pasa, ni los minutos, ni la vida.

2 comentarios:

Unknown dijo...

hay quietud en los respiros cuando podemos armonizar la mirada y tender la mñana al sol para que descanse en nuestras miradas, podemos tocar sí, esos ángeles de los nuestros... pero la peor quietud será la de la vida... esa que llegaría cuando nos cansáramos, definitivamente.

Mariannabel dijo...

hoy pasa que me aburro de ser yo,
y ando buscando si puedo volverme una ventana por un rato
y tener paisajes raros que no sean los pensamientos desinteresados de un dia de enero....



saludos

=)
12/01/2008