miércoles, 23 de septiembre de 2009

Negro

Mi culpa fue mi decisión,
¿No me crees?
Pues apuñalé la razón
Y vomité el amor.

Tomé del cuello la lógica,
Escupí su rostro,
Quemé las manos,
Corrompí su obvio estado.

Sumas y calculas,
¿Te parezco extraño?
Es que no me conoces,
No sabes la libertad.
Sí, te extrañas,
Cobarde,
Tu frente arrugada te delata,
No subas las cejas,
Acepta que fallas.

Nada es perfecto,
Nada es eterno,
¿Dices que no?
Eres el ejemplo.

Muéstrate, desnúdate,
Te mueres insatisfecha,
Te mueres retorcida,
Nadie es eterno.

1 comentario:

Mackarenna dijo...

Yo digo, nadie es eterno y menos perfecto. Ni el susurro que alguna vez me dijo estar para siempre.
La perfección sólo la tendrá una flor, y toda la naturaleza que detiene mi mundo diciendo que todo esto estará incluso después de haber cerrado mis ojos para siempre.